En mil novecientos ochenta y uno se estrenó la primera entrega de El crack, dirigida por José Luís Garci -que también fue el autor del guión- y musicalizada por Jesús Glück Sarasibar. Dos años después se estrenó El crack II. Alfredo Landa protagonizó estas dos primeras entregas. Intervinieron también Miguel Rellán, José Bódalo y María Casanova, entre otros.
En El crack se nos presenta a Garmán Areta, un hombre que ha dejado la policía y que en plena transición política española hace de detective privado, al tiempo que mantiene una relación con la enfermera que lo cuidó tras sufrir unas lesiones. Contratado para averiguar el paradero de una chica que huyó de su hogar, se sumergirá en un mundo de prostitución de alto nivel para personajes de élite.
En El crack II, Areta debe investigar el paradero de la desaparecida pareja de un cliente homosexual. Después de hallarlo, tanto el cliente como su amante aparecen muertos, y el detective se apresta a averiguar qué hay tras este crimen.
En dos mil diecinueve se estrenó la tercera entrega. El crack cero funciona a modo de precuela de las anteriores. Nuevamente ha sido dirigida por José Luis García, que también es autor del guión, y durante todo el film suena la misma banda sonora de los dos que lo precedieron. Esta entrega ha sido protagonizada en sus papeles principales por Carlos Santos y Miguel Ángel Muñoz, entre un elenco de actores que recrean a personajes ya aparecidos en El crack y El crack II.
Corre el final del año setenta y cinco. Areta es contratado por una mujer para averiguar si su amante se suicidó o si fue asesinado, como parece más probable. Para ello, el detective y su ayudante se centrarán en una serie de individuos -entre ellos está la propia amante- que tienen en común ser los beneficiarios de sendas pólizas de seguros de vida del fallecido. El hombre frecuentaba partidas clandestinas de póker y refinados burdeles.
Toda la serie de El crack tiene en común recrear una época en España: la que va desde el momento de la muerte del dictador hasta los primeros cambios políticos. La banda sonora fundamenta un ambiente especial para el drama y El crack cero se sirve de la película en blanco y negro -y de numerosas escenas que datan del Madrid de la época- para mostrar el momento. Después de Landa parecería difícil que otro actor pudiera tomar el relevo a Areta; y, sin embargo, Carlos Santos lo hace a la perfección, para mi gusto. El personaje del ayudante del detective es otro de los puntales de la historia.
Un serie muy digna de ver, no solo para amantes del cine negro sino para quienes quieran recordar o conocer aquellos años.