
Jaume Fuster es un escritor de novela de suspense, y también traductor. Llegó a publicar veintiuna obras entre mil novecientos setenta y dos y dos mil cinco, la mayoría también en castellano. De mica en mica s’omple la pica -o El procedimiento– le llevó a la fama en el setenta y dos, y fue una de las lecturas recomendadas en los institutos de enseñanza media. Así conocí a este escritor. En mil novecientos setenta y seis publicó la novela que hoy traigo a estas páginas, que se conocería también como Cosecha de sangre. Está inspirada en la novela Cosecha roja de Hammet, que hemos comentado aquí.
Un niño de ocho años -Jaume- acude al cine a ver un film de detectives, y se imbuye tanto en la trama que se identifica con el protagonista y hasta salta a a la pantalla, mezclándose con los actores. El detective Bogard -que recibe el nombre del actor norteamericano- es contratado por Laurent Bacall -otra actriz- para dirigirse a Chandlertown y a Hammetville -ciudades con nombres del famosísimos autores americano de novela negra- para proteger a Elhiu Wilson -uno de los protagonistas de Cosecha roja de Hammet. Cuando llega, el hombre ha sido asesinado, y el detective trata de averiguar quien lo ha matado. Pronto se enfrentará con el sheriff Wayne -otro actor de la época- y se introducirá en un mundo de corrupción.
Tarde, sesión continua, 3.45 no es remake de Cosecha roja. Es una novela con vida propia, para amantes del género tanto en la vertiente novelística como cineasta. Aun con los años transcurridos, sigue siendo una novela de culto, para mi gusto. Muy digna de ser leída.