
Acabo de leer la última novela de Graziella Moreno, ambientada en el mundo de los procesos judiciales y los despachos de abogados.
La novela se inicia como un caso de malos tratos entre un hombre de negocios y su amante, pero avanza convirtiéndose en un complot en toda regla para salvaguardar los intereses económicos de los afectados y alimentar antiguos deseos de venganza. Los abogados de ambas partes -el del maltratador y la de su amante- actuarán ponderando los intereses de sus representados y también los suyos propios, dándose la coincidencia de que entre ellos ha existido una relación truncada, desde muy jóvenes, que nunca llegó a pasar de la amistad. A su alrededor aparece una serie de personajes secundarios, igualmente importantes -incluso imprescindibles- para el desarrollo de la trama.
Los animales de ciudad no lloran es una novela escrita por alguien que conoce muy bien el terreno que pisa y que sabe describir las realidades que viven las personas y sus debilidades.
Una gran novela, sin duda.