
Marc Virgil dirigió la película El silencio del pantano, estrenada en 2019, que adapta la novela homónima de Juan José Braulio, publicada cuatro años antes. Fue protagonizada en sus papeles principales por Pedro Alonso, Nacho Fresneda y Carmina Barrios.
Un escritor de novelas negras de éxito esconde un secreto terrible: sus novelas no son pura ficción. Algunos de los crímenes que relata no solo son reales: los ha cometido él mismo. Después de presentar su última novela decide escribir otra inspirada en la corrupción política imperante, y para ello secuestra a un político -y profesor universitario de economía- imputado penalmente. El hombre, además, blanquea dinero para una organización de narcotraficantes finalistas.

Cuando se inicia la búsqueda del político, la policía, los compañeros del secuestrado y los narcotraficantes se verán sumidos en una carrera entre ellos.

La película trata dos temas candentes: la corrupción y el narcotráfico, y sus implicaciones. Arranca con una escena cargada de fuerza, donde un taxista -soberbiamente interpretado por Luís Zahera-, es asesinado por el escritor, que se inspira en esa muerte para escribir su anterior novela.

Después tendremos escenas en las que el esbirro a las órdenes de los traficantes pasa cuentas con unos traficantes que disputan el terreno a sus jefes; o cuando comete un asesinato por error, creyendo que es el escritor-secuestrador. Carmina Barrios interpreta también de forma magistral a la matriarca del clan de los narcotraficantes.

Un film muy muy digno de ver, que atrapa de principio a fin.