
Entre 1971 y 1988 se estrenaron cinco títulos que conformarían lo que se ha dado por llamar la saga o serie Harry: Dirty Harry en 1971 (Harry el sucio, en castellano), Magnum force en 1973 (Harry el fuerte), The enforcer en 1976 (Harry el ejecutor), Sudden impact en 1983 (Impacto súbito) y The dead pool en 1988 (La lista negra). Fueron dirigidas, respectivamente, por Don Siegel, Ted Post, Jamen Fargo, Clint Eastwood y Buddy Van Horn.

Todos los films fueron protagonizados por Clint Eastwood, actor que había participado en importantes producciones enmarcadas en el oeste norteamericano, en cine bélico y también en alguna película policiaca. Fueron sus partenaires: Andrew Robinson y Reni Santini en Harry el sucio; Hal Holbrook, Mitchell Ryan y David Soul en Harry el fuerte; Tyne Dali en Harry el ejecutor; Sondra Locke en Impacto súbito; Patricia Clarkson y Liam Neeson en La lista negra.

Los casos de Harry Kallahan son variados: desde capturar a un asesino en serie que chantajea al ayuntamiento; combatir a unos policías que asesinan a procesados que fueron declarados inocentes; investigar a un grupo de terroristas mientras trata de adaptarse a trabajar con una mujer policía; capturar a la vengativa hermana de una muchacha que fue violada; o librarse de unos asesinos que han creado una lista negra, en lo que lo han incluido.

Harry el sucio y sus secuelas se desarrollan en una época identificada como la más delictiva y sanguinaria de EEUU –si quitamos los años mafiosos anteriores y posteriores al crack del 29-, donde la delincuencia callejera perturbaba gravemente la vida ciudadana. Harry era un personaje inflexible con ella, viril, crítico con los políticos y que daba pábulo al deseo expeditivo-vengativo de muchos. Es el arquetipo del policía duro que trabaja preferiblemente solo y que es poco remilgado en el uso de su arma.

Es un hombre abocado al cumplimiento de su obligación, pero inflexible y machista. Algunas de sus escenas resultaron especialmente enardecedoras: las del policía que entra donde se está cometiendo un asalto y acaba –literalmente- con los delincuentes (fueron unas cuantas); cuando hace que un capo mafioso muera de un infarto; aquellas donde se anima a los infractores a arriesgarse: ¿le quedan o no más balas en el tambor del revólver?; o donde se les invita a “alegrarle el día” mientras los encañona.

En la década de los ochenta se publica el artículo periodístico que daría lugar, entre otras estrategias policiales, a la llamada Tolerancia Cero, desarrollada extensamente en Nueva York en la década de los 90. Tendría sus adeptos y sus detractores. Harry podría haber sido su arquetipo, como agente de policía.

Un buen número de películas posteriores –protagonizadas por diversos actores- estarían impregnadas del estilo Harry el sucio, algunas con mayor o menor fortuna (como las protagonizadas por Bronson, Schwatzenegguer o alguna de Stallone, por poner tres ejemplos). La propia Ruta suicida de 1977, de nuevo con Sondra Locke, podría también haber sido parte de la saga Kallahan, con ciertos retoques.
Harry es una serie emblemática de su época, digna de verse.