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El film de Tarantino Reservoir dogs se inicia con una controvertida discusión respecto a las propinas. Hace poco leía que en EEUU se proponen eliminarlas. ¿Eliminar las propinas? Me entero –resumiendo- de que la propina es parte sustancial del sueldo del empleado de allí, hasta el punto de que si el camarero, garçon o mesero de turno –o como queramos llamarlo- no arriba a un mínimo, el amo le ha de compensar. Pero que, respecto a esto último, existe mucho incumplimiento. De ahí suprimirlas. Entonces miro cómo funciona esto en mi entorno. La propina existe, no es obligatoria y se entiende que con ella se gratifica un servicio de especial calidad, más allá del salario. Pero, ¿cómo nacieron las propinas? Repaso la historia. Aquí hubo profesiones por cuenta ajena pero sin salario, y no sólo entre particulares: también en la administración. Por ejemplo, los serenos o los guardas de montes vivían sólo de lo que los vecinos les daban. Aún hoy se trabaja para otro, sin salario: quienes acarrear bombonas de butano de casa en casa, por ejemplo, subsisten de la propina. ¿No sería más lógico repercutirla en el precio final del servicio y, a cambio, acrecentar la nómina del empleado? Sigue leyendo